
Microcontaminantes en el agua: el desafío analítico del siglo XXI
La calidad del agua es uno de los temas más urgentes del siglo XXI. Más allá de los contaminantes tradicionales, cada vez se detectan más microcontaminantes: compuestos presentes en cantidades minúsculas, a niveles de nanogramos por litro, que pueden tener efectos significativos sobre la salud y el medio ambiente.
Estos contaminantes emergentes incluyen residuos de medicamentos, pesticidas, productos de cuidado personal, microplásticos, disruptores endocrinos y muchos otros compuestos sintéticos. Detectarlos y cuantificarlos con precisión es uno de los mayores retos analíticos actuales, tanto para laboratorios públicos como privados.
¿Qué son los microcontaminantes y por qué preocupan?
Se trata de compuestos que, aun en cantidades muy pequeñas, pueden acumularse en los ecosistemas acuáticos y llegar a los seres humanos a través del agua de consumo o la cadena alimentaria. Su detección requiere metodologías analíticas cada vez más sensibles, y productos de referencia de altísima calidad.
Los más comunes son:
- Fármacos (antibióticos, analgésicos, antidepresivos…)
- Plaguicidas y herbicidas de uso agrícola
- Disruptores endocrinos (como el bisfenol A o ciertos ftalatos)
- PFAS (sustancias perfluoroalquiladas, persistentes y tóxicas)
Técnicas avanzadas de análisis
La detección de microcontaminantes exige instrumentación de vanguardia, pero también estándares químicos y kits fiables. Las principales metodologías incluyen:
- Cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas (LC-MS/MS)
- Cromatografía de gases (GC-MS)
- Técnicas inmunoquímicas (kits ELISA y biosensores)
- Extracción en fase sólida (SPE) para preconcentrar muestras
En CymitQuimica ofrecemos una gama de productos especialmente seleccionados para estas aplicaciones: desde estándares certificados para contaminantes específicos hasta [0] listos para usar, que permiten un análisis rápido y fiable incluso sin instrumentación compleja.
Conclusión
Los microcontaminantes son invisibles a simple vista, pero representan un reto gigante para la seguridad del agua y la salud pública. La química analítica moderna tiene las herramientas para detectarlos y cuantificarlos, pero necesita productos de referencia fiables, sensibilidad extrema y soluciones adaptadas.