ODS y química
En 2015, todos los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que consta de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que constituyen una hoja de ruta para lograr un futuro sostenible para todos.
La química desempeña un papel crucial en la consecución de estos objetivos al aportar soluciones a muchos de los retos a los que nos enfrentamos hoy en día. Desde el desarrollo de nuevos medicamentos hasta la lucha contra el cambio climático, la química está a la vanguardia de la creación de un futuro sostenible para todos. He aquí algunos ejemplos:
ODS 2: Hambre cero
La química puede contribuir a garantizar la seguridad alimentaria desarrollando prácticas agrícolas sostenibles y creando tecnologías alimentarias innovadoras. Esto incluye el desarrollo de nuevos fertilizantes y pesticidas, así como técnicas novedosas de conservación de alimentos para reducir su desperdicio.
ODS 3: Buena salud y bienestar
La química es esencial para el desarrollo de nuevos medicamentos y tratamientos, incluidas vacunas y antibióticos. Algunos productos químicos y reactivos también pueden ayudar a mejorar el acceso al agua potable y el saneamiento.
ODS 7: Energía asequible y limpia
El desarrollo de nuevas fuentes de energía sostenibles, como los biocombustibles y las células solares, o la creación de sistemas de almacenamiento de energía más eficientes que permitan el uso generalizado de las energías renovables, también van de la mano de la ciencia de los materiales y la investigación química.
ODS 12: Consumo y producción responsables
La química puede ayudar a promover el consumo y la producción responsables mediante el desarrollo de materiales sostenibles y la reducción de residuos con el desarrollo de plásticos biodegradables, así como de tecnologías de reciclaje que puedan recuperar materiales valiosos de estos residuos.
ODS 13: Acción por el clima
La química puede ayudar a mitigar el cambio climático desarrollando nuevas tecnologías para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el desarrollo de nuevos materiales para edificios y vehículos energéticamente eficientes, así como tecnologías de captura y almacenamiento de carbono.